Desde hace más de 7000 años hasta el presente, los yacimientos arqueológicos de la tradición cultural Chinchorro que se ubicadan en la Región de Arica y Parinacota, norte de Chile, conservan un contexto cultural y natural que considera un Valor Universal y Excepcional (VUE) de una sociedad cazadora y recolectora marítima hoy desaparecida, y que expresó la trascendencia ante la muerte mediante la práctica de momificación artificial más antigua de la humanidad que se tenga registro hasta el día de hoy.
Los sitios arqueológicos de la cultura Chinchorro se ubican en las desembocaduras de los únicos ríos activos del desierto de Atacama, los cuales funcionaron como verdaderos oasis en medio de un paisaje caracterizado por su híper aridez.
Aproximadamente entre 7.000 y 3.000 años atrás los Chinchorro establecieron, entre terrazas costeras y laderas de cerros, sus asentamientos, profundos conchales y cementerios. Estos se ubicaron a lo largo de la costa del desierto de Atacama desde llo, en el Perú, hasta Antofagasta en el norte de Chile.
Se han realizado estudios científicos sobre esta cultura por más de 100 años, estableciéndose que Chinchorro correspondió a un grupo de cazadores, pescadores y recolectores que se diferenció de otras poblaciones, por desarrollar una compleja tradición de momificación artificial de sus muertos. Este tratamiento mortuorio se inició con la intervención de lactantes y nonatos en Caleta Camarones (7.500 años atrás), pasando luego a momificar a gran parte de sus muertos sin distinguir edad o sexo.
En específico, para el casod e Morro-1 presente en los faldeos del morro de la ciudad de Arica, son tres los tipos de momificación artificial que se lograron establecer gracias a la diversidad y cantidad de cuerpos exhumados, siendo el tipo momias negras el más antiguo (entre 7.500 y 5.000 años atrás), mientras que los tipos momias rojas y momias vendadas son contemporáneas entre sí (entre 5.000 y 3.000 años atrás). Asimismo, se considera como cuerpos Chinchorro otros tipos de tratamientos de inhumación como las denominadas pátinas de barro, cuyos cuerpos se encuentran embarrilados con esteras de fibra de totora y la aplicación de capas de pigmento sobre la piel.
A nivel social no se ha logrado identificar quién ejecutó el proceso de modificación corporal. Sin embargo, se ha llegado a establecer que su organización sociopolítica se basaba en unidades familiares nucleares, agrupadas en pequeñas bandas que no superaban los 30 individuos con una expectativa de vida no mayor a los 40 años de edad.
Entre las características más destacables de los Chinchorro -que se conjugan con su compleja visión de la muerte- se encuentra: la inhumación de sus muertos en cementerios colectivos, el régimen de sedentarismo, su tecnología de pesca y recolección marina altamente especializada reflejada en artefactos de fina factura, la captura de especies marinas de profundidad y caza de grandes mamíferos marinos sin contar con embarcaciones o medios de flotación.
Más información en Material de Interés